Déjame que te cuente:
Paseaba por la ciudad, hacia tanto tiempo que no iba al centro….Gente.., mucha gente….los semáforos llenos de personas para cruzar…..colores.., muchos colores, ruidos.., conversaciones…, tráfico,…Era agradable perderse i pasar desapercibido entre la multitud. La sensación de no existir me hacía bien después de unos meses tan ajetreados. Fue una extraña sensación….nunca había sentido la ciudad así….la vida se movía a mi alrededor pero yo permanecía como observador. Siempre que había tenido que ir al centro o era por trabajo o bien con amigos y amigas.., o de compras…., entonces formaba parte de la masa.
Ayer fue diferente, ayer estaba.., era.., pero es como si estuviera en otro plano….La vida te transforma y ayer….ayer…
– Tssh!! ey!!…tssh…perdona...-un indigente mayor…un señor vestido con harapos, largo cabello y barba de color gris, sucio…y unos ojos azules muy muy claros, casi blancos también. Me llama….miro a mi alrededor para asegurarme que se dirigía a mi pues su mirada estaba fija al horizonte-
– ¿Es a mí? –le dije-
– Si tu….el que está descubriendo…. ¿me puedes ayudar?
– (aunque un poco en alerta contesté) Dígame ¿en qué puedo ayudarle?
– No tengas miedo…soy de fiar…no te robaré…solo quiero que te sientes un rato a mi lado y me hagas compañía…
– Pero discúlpeme yo tengo prisa, tengo cosas que hacer –le decía mientras seguía avanzando lentamente-
– Hoy no, por eso te elegí…, hoy no tienes prisa.., hoy tú ves diferente, hoy te has dado cuenta que durante mucho tiempo estuviste ciego, y hoy…hoy estás mirando, hoy estás viendo, hoy estás sintiendo….De toda la gente que ha pasado hoy por aquí tu eres el único con el que comparto mi ceguera, la única que nos permite ver más allá del simple sentido de la vista. ¿Quieres charlar conmigo un rato?
– Bien –sentándome en el suelo a su lado– pero dígame… ¿cómo supo que estaba alerta con usted?
– Cierra los ojos…, cuando permites que «ver no signifiquen sólo imágenes», entonces… sientes.., agudizas todos los demás sentidos…Sentí tu corazón, olí tu miedo, percibí tu calor y la tensión de tu cuerpo…Tu hoy has sido capaz de observar la ciudad de forma diferente. Seguro que has tenido los ojos cerrados ¿verdad?
– Sí, he estado muy enfermo, creí morir y hoy he vuelto a la ciudad después de mucho tiempo
– Si permites que este viejo también te ayude como lo has hecho tú conmigo al acompañarme…No olvides esta forma de mirar, practica de vez en cuando la ceguera que te permite ver más allá de las imágenes que tus ojos te envían. Mira, observa y conviértete en un mero receptor a ratos….y recuérdame…..solo es ciego aquel que no quiere ver….aquel que no quiere mirar….
Ayer miré y vi.
Hoy mi café es más oloroso, mi jardín más colorido, mi perro más guapo y más educado y amable.., el cielo es más azul…y gris…también tiene gris…y blanco….el aire huele a lluvia….seguro que lloverá…..
¡¡Hoy siento que estoy vivo!!
Y colorín colorado esta historia… ¿te ha gustado?
Autora: Pilar Tobias